Rasa
No,

así no.
Los que otrora me llenaron de vida,
están hoy muertos,
escondidos entre estos pliegues
que son hoy mi cuerpo.

Manifiesta revelaciones de una violencia sutil,
el delicado llamado de la tierra,
lentamente acerca mi oído más a ella,
donde se fundirán
con las discretas voces del pasado
-esos latidos celestiales-

Ahora mi cuerpo se parece mas a un árbol que al resto de los hombres.

La muerte llama a mi puerta
con un rugido animal,
como si supiera que ahora me parezco mas a la vida que fuimos, somos y seremos.

al impulso esencial, que al cuerpo

I.R.
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